0 Comentarios 5
sep

Cuadernos de viaje: Besalú (Girona)

Publicado por

Besalú, comida mexicana y J.j. Dëê Pineda

Huir durante un par de días de la densidad de la rutina debería ser un imperativo legal. Así que, como ciudadanos ejemplares y sabiendo que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, el equipo de BCN Mapped Out, por si acaso y de vez en cuando, nos liamos la manta a la cabeza, ponemos rumbo a Besalú, y hacemos una escapada de fin de semana a casa de nuestros amigos Josep y Daniel.

Para todos aquellos que desconozcáis este precioso lugar os informo de que se trata de una villa medieval perteneciente a la comarca de La Garrotxa, en la provincia de Girona. Desde su imponente puente románico se divisan unos paisajes que, especialmente en primavera y en otoño, bien merecen ser transitados.

La vivienda ubicada en el casco antiguo, de fachada histórica y portón regio, está dividida en cuatro plantas reformadas íntegramente por sus dueños y donde Daniel gestó, hace ya algunos años, su propio mundo artístico con el seudónimo de J.j. Dëê Pineda.

El taller, ubicado en la planta baja, anda siempre repleto de instalaciones, esculturas, fotografías, collages o pinturas. Su arte nos intriga pues lo sentimos concebido desde las entrañas, a veces lleno de luz e incluso, en ocasiones, perturbador.

Si se sube a la planta primera llegaremos a la cocina: centro neurálgico de la casa. Un espacio diáfano y acogedor donde probar las delicias mexicanas que siempre, como invitados desconsiderados que somos, les demandamos categóricamente ya que, mexicano de nacimiento y gerundense de adopción, Daniel tiene mano de santo para los fogones y siempre obra el milagro para los que, como nosotros, nos encanta la buena mesa.

Las sobremesas son interminables, se habla y se discute, se toca sin pudor lo divino y lo humano, siempre con una copa de vino o una taza de té en la mano, hasta que cae la tarde; Entonces, se vuelve a comer y se sigue charlando olvidando cualquier tipo de obligación que no sea el aquí y el ahora.

Entre gula y desvarío un paseo por las callejuelas de la fortaleza, por la vereda del río. En verano, al caer la tarde, a veces nos tumbamos en las hamacas de la terraza del ático divisando la montaña. Por la noche, en el completo silencio de la tercera planta, descansamos en la habitación de invitados, entre relojes que cuelgan del techo como si de un cuadro de Dalí se tratase y que nos recuerdan que el tiempo anda suspendido sobre nuestras cabezas cual espada de Damocles.

Lo mejor, la infinidad de “no cosas” que descubres que puedes disfrutar cuando la compañía es grata, como, por ejemplo, leer entre risas las doctrinas de un libro, ya raído por los años y encontrado en un desván, con sabios consejos sobre el comportamiento que debe adoptar una señorita de buen tono en el S.XIX.

Es en esos momentos cuando no podemos evitar esbozar una sonrisa irónica al pensar que incluso lo que nos parece más banal puede y debe ser capaz de dejar un gran legado en el corazón.

“Anoche soñé que volvía a Manderley…” Rebeca de Daphne du Maurier

Muchas gracias.

El equipo de BCN Mapped Out

PD. Agradecemos todos vuestros comentarios

 

Publicado por

Aún no hay comentarios

Deje su comentario