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sep

Otras voces, otros ámbitos: firma invitada

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Tal y como comentábamos hace unas semanas en el mensaje de bienvenida del blog, en referencia a la línea editorial de esta sección, os traemos la primera de una lista de entradas escritas por firmas invitadas con el objeto de aportar otras voces y visiones sobre la experiencia que supone viajar para conocer otras realidades.

Sin más dilación, compartimos con todos vosotros el artículo que nos ha hecho llegar Gilbert Fadda: escritor, financiero, blogger y amigo de BCN Mapped Out, de asecendencia francesa y nacido en Barcelona.

 

Crónica de un trotamundos europeo

Antiguamente los navegantes utilizaban las estrellas para orientarse. Con el tiempo llegaron las brújulas, los mapas y ahora disponemos de smartphones capaces de llevarnos prácticamente a cualquier parte. Solo por eso creemos tener el mundo en nuestras manos y a nuestros pies cuando visitamos una nueva ciudad y pensamos que aprovecharemos nuestro tiempo al máximo.

Es cierto que uno de los placeres del viajero de la gran ciudad consiste en callejear, en vagabundear dejándose llevar por la inercia de la curiosidad. Ahora bien, callejear sin un rumbo fijo resulta mucho más placentero cuando sabes exactamente lo que buscas y dónde debes buscarlo, especialmente en los casos de tiempo escaso, que suele ser el factor primordial en las escapadas de fin de semana o puentes largos a las grandes urbes europeas.

Particularmente me gusta planificar bien mis viajes, casi siempre relacionados con actividades culturales que sean singulares. París es una ciudad que suelo visitar con frecuencia, y esas visitas tienen siempre un común denominador: asistir al concierto de un prestigioso pianista, ver una ópera con un reparto excelso, disfrutar de la temporada de Ballet en el Garnier, contemplar los cuadros de una exposición itinerante en el Grand Palais o el Orsay, perderme en las galerías únicas del Musée de l’Orangerie, ver a estrellas del mundo del pop, rock o jazz en el Bercy, el Casino de Paris o en el mítico Olympia, o asistir a las presentaciones de nuevas promesas de la música en el Bataclan, La Boule Noire o Le Caveau de la Huchette.

Y, por supuesto, disfrutar de la gastronomía ya sea en uno de los “hors-catégorie” o en un bistrot perdido en un barrio alejado de los circuitos turísticos al uso, como Le Pure Café en el distrito once, un lugar mágico donde los lugareños toman un zumo, un pastís, un vino o degustan el menú diario.

Pero para llegar a un lugar tan mágico como Le Pure Café tuve que descubrir dónde estaba. Lo vi en la película “Antes de Atardecer”. El cine tiene esa magia, y un paseo de cinco minutos de los protagonistas por el Barrio Latino desde la librería Shakeaspeare & Company les llevaba directamente a este café situado a cuatro kilómetros de distancia.

De ahí que lo primordial en un viaje sea el factor tiempo, especialmente en aquellas ciudades que uno desconoce. Eso no me ocurre con París, ciudad que piso cada año, o Nueva York, donde tuve más de veinte días para descubrirla. Pero el día que me plantee ir a Berlín, algo que no debería tardar, me gustaría tener la posibilidad como en los casos anteriores de tener diseñado un itinerario adecuado a mis gustos e intereses. Esto es: asistir a algún concierto de la Filarmónica de Berlín, visitar alguna exposición, asistir a algún concierto de rock o alojarme en un hotel acorde con mis necesidades y preferencias.

Tengo claro que la experiencia del viaje en la gran ciudad, como yo la entiendo, como a mí me gusta y como yo la quiero es aquella que me permite visitar y descubrir sin prisas, urgencias ni agobios, sabiendo que ese pequeño restaurante de gastronomía local me esperará a una hora determinada, que una tienda de ropa particular me ofrecerá el tipo de moda exclusiva que a mí me gusta, que a las ocho de la tarde me acomodaré en mi butaca de la Berliner Philharmonie para escuchar a la Filarmónica de Berlín dirigida por Sir Simon Rattle, que al día siguiente una entrada me esperará en la recepción de mi hotel para ver a Lady Gaga en el O2World y que el día de mi partida a última hora de la tarde podré aprovechar toda la mañana visitando alguna de las exposiciones del Art Week Berlin, como por ejemplo 100 years of fashion photography from Man Ray to Mario Testino, sin colas, sin búsquedas, solo con mis sentidos alerta para el disfrute.

Esos son algunos de los viajes soñados, que pueden hacerse realidad si uno es capaz de modelar un viaje según sus gustos, inquietudes y necesidades, haciendo que el factor tiempo sea un aliado, y no un rival.

Gilbert Fadda
Financiero, escritor y blogger
http://gilfadjua.blogspot.com.es/

 

Muchas gracias “Monsieur” Fadda de parte de todo el equipo de BCN Mapped Out

PD. Agradecemos todos vuestros comentarios

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5 Respuestas a "Otras voces, otros ámbitos: firma invitada"

  1. Tito Lage López dice:

    “Callejear sin un rumbo fijo resulta mucho más placentero cuando sabes exactamente lo que buscas y dónde debes buscarlo”, dice Usted, si sabes donde debes buscarlo ya no tiene la gracia del descubrirlo.
    Estoy de acuerdo con Usted en que la planificación del tiempo, en viajes de corto espacio del mismo es esencial, el que le tenga todo dispuesto para que no se encuentre en los apuros de no tener una entrada para la opera, concierto o evento deportivo esta muy bien, ¿Pero donde queda el espacio a la improvisación? A ese asombrarse de algo que no conocía o en lo que nunca había reparado. Seguramente igual nunca habría reparado que al lado de cierto museo, hay un grupo de músicos, de cualquier conservatorio, ofreciendo un pequeño concierto de cámara.
    Un afectuoso saludo.

    • BCN Mapped Out dice:

      Hola Tito. Muchas gracias por seguirnos. A nosotros nos ha ocurrido en innumerables ocasiones que liberándonos de la preocupación de la meta hemos tenido más tiempo para disfrutar del camino. Hay quien dice que el éxito es un viaje, no un destino. La supuesta línea recta que une dos puntos puede llegar a convertirse en una experiencia fascinante. :-)

    • gilbert fadda dice:

      Todo lo contrario Tito: un ejemplo. El placer de comprar música en soporte cd, que es algo que prácticamente ha desaparecido en Barcelona salvo en alguna tienda especializada, lo recupero en ciudades como París, Londres o Nueva York. Entras en una gigantesca tienda y “pasilleas” por ella…sabes exactamente lo que buscas ( un cd de música) pero los descubrimientos vienen con la búsqueda, precisamente, en el lugar adecuado. Lo mismo pasa en las librerías de viejo…lo mismo ocurre en las ciudades. Saber exactamente lo que uno busca es conocerse bien.

      El espacio para la improvisación nunca se pierde. Puedo girar a la derecha o a la izquierda, o descubrir una tienda inesperada o un espacio desconocido…pero teniendo al menos una mínima ruta trazada que se corresponda con mis inquietudes e intereses.

      Descubro constantemente lugares nuevos en París o en Barcelona, ciudad en la que resido. Pero claro, tengo la ventaja de conocerlas muy bien…y ahí sí que puedo permitirme el lujo – el tiempo es lo que es: un lujo – de improvisar al 100 por 100.

      Pero en ciudades que desconozco, y en las que solo podría estar tres o cuatro días, hay que acotar al máximo, sin la urgencia de “tener que visitar todo lo que pueda”. Improvisar puede ser lo que comentas…o simplemente sentarte en la terraza de un café y observar. La observación es en sí misma, el más fascinante de los viajes.

  2. Lorenzo Suárez dice:

    “Ahora bien, callejear sin un rumbo fijo resulta mucho más placentero cuando sabes exactamente lo que buscas y dónde debes buscarlo”.

    Me ha encantado esa frase. Efectivamente callejear sin rumbo fijo resulta mucho más placentero cuando tienes un rumbo fijo. Revelador.

    • BCN Mapped Out dice:

      Hola Lorenzo. Muchas gracias por participar en nuestro blog. :-) De hecho, la improvisación suele tener un efecto multiplicador si va acompañada de un objetivo.

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